¿Cómo administrar un finiquito de contrato laboral?

Ser despedido de una organización es, sin duda, una difícil situación para cualquier empleado. Independiente del tiempo que se lleve ejerciendo en una compañía o de la experiencia laboral que se pueda tener en un determinado cargo, encontrar un nuevo empleo cuando se ha sido desvinculado de una empresa, siempre es una tarea preocupante y llena de incertidumbre, que puede llevar varios meses e incluso años, sobre todo considerando el contexto económico actual.

En este escenario, administrar correctamente un finiquito de contrato de trabajo y evitar, en lo posible, contraer deudas y caer en problemas financieros, puede convertirse en un aliado clave para mantenerse tranquilo durante el tiempo en que se esté desempleado.

Ahorrar, invertir o gastar de manera ordenada, pueden ser algunas de las alternativas a las que pueden recurrir los profesionales cesantes, dependiendo de la situación económica que tengan al momento del despido y de la cantidad de dinero que hayan recibido por sus años de servicio.

"Aprovechar al máximo la indemnización que se recibe tras un despido dependerá de si la persona tiene otros ahorros que le permitan vivir mientras consigue otro trabajo", dice Rosa María Rey, analista financiera y profesora adjunta del IESA en Postgrados y Desarrollo Gerencial. "Si los tiene, la recomendación sería que colocara las prestaciones en algo productivo, como inversiones financieras, para así poner a producir ese dinero. Pero si las prestaciones son las únicas que tiene para vivir, y no cuenta con una posibilidad de trabajo en el corto plazo, no es mucho lo que va a quedar para mantenerse".

Por ello, explica que lo aconsejable es "administrarlas con criterio de escasez y usarlas para pagar los gastos cotidianos prioritarios, porque dependiendo de la edad, carrera profesional y demanda del mercado, la persona podría tardar más de lo esperado en conseguir un nuevo empleo", enfatiza Rey.

Si al momento del despido el trabajador tiene muchas deudas, los expertos sugieren pagarlas en la medida de lo posible, para así no provocar inestabilidad financiera.

"Si la persona se queda sin trabajo y no tiene uno en el futuro cercano, mi recomendación es que pague lo mínimo de deuda para no caer en insolvencia y que reserve el dinero que recibió para mantenerse mientras consigue otro empleo", señala Rosa María Rey, del IESA.