El patrimonio venezolano: Una deuda pendiente
¿Qué es el patrimonio? ¿Qué beneficios económicos supone?
Sandra Carvao, la responsable de Inteligencia de Mercado y Competitividad de la Organización Mundial del Turismo, declaró en una rueda de prensa que en el 2019 se dieron 1.500 millones de salidas internacionales. Eso nos habla de un mercado al que cualquier nación puede acceder: en todo el mundo existen lugares para visitar.
Pueden existir muchas motivaciones para que una persona –sola o acompañada- invierta dinero en un pasaje de avión, una habitación de hotel, comida, ropa y otros gastos, e inclusive esté dispuesta a asumir el gasto junto a sus niños. En el 2017, la región entera del Caribe, con todos los países insertos en ella, recibió 30 millones de turistas, a pesar de los huracanes; en la primera mitad del 2018, 17,1 millones de personas se trasladaron a París para conocerla. Allí hay dos intereses fundamentales: playa y cultura. No estamos diciendo que en las Antillas no exista una riqueza cultural destacable, -gracias a su mezcla de procedencias, la hay, y es muy diversa-, pero es bien sabido que la de las personas, mayoritariamente, primero piensan en el agua marina y la arena a la hora de tomar un crucero. Del mismo modo, los que quieren ir a la capital francesa, generalmente lo hacen por sus sitios históricos, museos y gastronomía. El patrimonio cultural y el natural atraen a los visitantes.
La noción más común de la palabra “patrimonio”, la que tienen la mayoría de las personas, corresponde a la de lugares físicos, que podemos ver y tocar, como una plaza o un castillo colonial. Si bien es una acepción certera, también es limitada. El Instituto Latinoamericano de Museos y Parques utiliza definición un tanto más ambiciosa, que toma en cuenta varias realidades:
“El patrimonio cultural y natural es el legado de una intensa y permanente relación entre los seres humanos y su medio. Esta relación establece valores, costumbres y productos que la sociedad considera particularmente valiosos y los conserva como memoria viva en sus instituciones patrimoniales como museos y parques”.
La palabra “legado” refiere a todo lo que han dejado las personas que han pasado por nuestro entorno: lugares, tradiciones gastronómicas, celebraciones, estilos de arte y otras formas de cultural, así como el entorno natural en el que se hace la vida. Todo lo que conforma nuestro mundo puede ser considerado patrimonio. Evidentemente, no todo tiene el mismo valor: una construcción diseñada con arquitectura autoral –como puede ser una universidad- valdrá más que un edificio de apartamentos residenciales, así como una zona boscosa no destacará más que una en la que haya una cantidad interesante de especies animales autóctonas. Los elementos que creamos que son capaces de sobrevivir al paso del tiempo entran en esa categoría.
El cuidado del patrimonio es un tema que trasciende el interés folklórico, antropológico o artístico y llega hasta el económico. Los países que mejor cuiden su patrimonio, en cualquiera de sus variantes, tendrán más posibilidades de desarrollar sus sectores turísticos. Brasil, gracias al cuidado de su patrimonio inmaterial, este año, antes de que empiecen las cuarentenas, recibió 2.1 millones de visitantes gracias al Carnaval de Río de Janeiro. Por su parte, México, gracias al cuidado con el que trata a su arquitectura precolombina, colonial y moderna, así como sus numerosos entornos naturales, recibió a 45 millones en el 2019.
¿En qué condiciones se encuentra el patrimonio venezolano?
Venezuela es un país que fácilmente podría aprovechar el turismo como una fuente de ingresos. Como todos saben, posee una extensión costera que le da un lugar privilegiado en el mar Caribe, extensiones de llanos, montañas y selvas que podrían despertar el interés de cualquier extranjero. Pero no solo eso: más allá de su patrimonio natural, hay una diversidad cultural destacable: la arquitectura modernista de Caracas la dotó de una identidad única.
En el centro de Caracas se encuentran muchas de las construcciones más soberbias de nuestra arquitectura del período colonial, podemos mencionar a la casa del libertador y las calles de la plaza Bolívar; al mismo tiempo, se encuentran las construcciones neo clásicos de la época guzmancista, como la Iglesia San Francisco, el Palacio de las Academias o el palacio de la Asamblea; y por si fuera poco, la modernidad también legó Urbanización El Silencio y a sus dos torres, al paseo Zing y muchos otros. Todo eso en combinación con edificios funcionales regados por toda su extensión, lo cual nos habla de una escasa consciencia patrimonial por parte de las gestiones anteriores. Y no solo eso: como bien lo señala el portal web América Periodista Digital, gran parte de ese legado se está destruyendo.
Si un turista quisiera visitar el centro de Caracas, muy probablemente, se extrañe al ver cómo algunas de las construcciones más grandes de este país están en malas condiciones. Al visitar la UCV, lo más seguro, es que note los suelos desconchados. Estamos limitando nuestra capacidad de recepción de extranjeros, lo cual podría significar un rubro para diversificar nuestra economía.
Y si nos enfocamos en nuestro patrimonio natural, tenemos malas noticias el Arco Minero viene destruyendo las selvas de nuestra amazonia. Parece mentira, pero Venezuela, un país orgulloso de sus entornos naturales, se enfrenta a más de un ecocidio a la vez: recientemente, el Parque Nacional Morrocoy ha sido víctima de la negligencia del sector petrolero, llenándose de negro parte de sus aguas. Si bien se cuentan con muchísimos sitios de interés que permanecen en buenas condiciones, esto nos habla de una emergencia de políticas públicas en lo respectivo al campo ecológico.
¿Existen soluciones?
Pero no todo es negativo. Pese a que la UCV se encuentra en condiciones muy lamentables, COPRED, el instituto encargado del mantenimiento el patrimonio de la UCV, realiza recorridos guiados por sus instalaciones. Además, más allá del espacio físico, tenemos a siete elementos declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en años recientes: Los Diablos Danzantes, la Parranda de San Pedro de Guarenas y Guatire, la tradición oral mapoyo, los conocimientos de técnicas de la curagua, el Carnaval de El Callao, los Cantos de trabajo de los llanos y la Palma Bendita. Si es posible desarrollar una labor turística en Venezuela.
Las políticas públicas deben garantizar todos los tipos de patrimonios que peligran en Venezuela. La conservación del patrimonio cultural y natural es un asunto que involucra a especialistas en ambas áreas, cada una con diferentes vertientes. Pero un aspecto a resaltar es que es necesario que el sistema educativo concientice al respecto: no solo se trata de mostrar que Venezuela posee a la cascada más grande del mundo en clases de Geografía, sino también de fomentar una cultura patrimonial, que conozca con mayor profundidad la importancia de preservar el legado que se posee: enseñar porqué está mal hacer grafitis en un edificio histórico; porqué es importante no botar basura en un parque natural; y también, hablar de la preservación de nuestras tradiciones.
El turismo es una opción posible para Venezuela, pero como sucede en el mundo del romance, si uno no se cuida, no atrae a nadie.
Por: Diego Alejandro Torres Pantin